sáb. Nov 23rd, 2024

Por Luis Martínez Alcántara 

 

CIUDAD DE MÉXICO.- Alejandra Orozco, dos veces medallista olímpica, se retira del alto rendimiento tras su participación en los Juegos Olímpicos de París 2024. La clavadista no pudo evitar el llanto al saber que su último clavado como profesional había llegado.

Desde la plataforma de 10 metros del Centro Acuático, Orozco Loza realizó su último salto, marcando el fin de una carrera de 20 años llena de éxitos y resiliencia. “Yo creo que dejo el camino de mucha resiliencia”, mencionó la tapatía después de su participación.

A lo largo de su carrera, Alejandra Orozco dejó un legado indiscutible en el deporte mexicano. Debutó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde obtuvo una medalla de plata junto a Paola Espinosa en la plataforma de 10 metros sincronizado. En Río 2016, aunque no consiguió medalla, continuó demostrando su talento y perseverancia.

Su regreso a Tokio 2020 fue memorable, logrando una medalla de bronce en la misma prueba junto a Gaby Agúndez. En París 2024, a pesar de no obtener una medalla, su trayectoria y dedicación quedaron claramente evidenciadas.

Con lágrimas en los ojos, expresó su gratitud por los mensajes positivos que ha recibido de personas que han seguido su carrera desde que era una niña. “He recibido muchos mensajes positivos de personas que me han dicho ‘he perseguido tu carrera’… les ha tocado ver una niña, luego una adolescente rebelde y luego un adulto”, dijo la clavadista de 27 años.

La historia de Alejandra Orozco comenzó cuando era una niña en Jalisco, donde descubrió su pasión por los clavados. Desde temprana edad, mostró un gran potencial, lo que la llevó a aceptar el desafío de incursionar en el alto rendimiento. A los 9 años, ya estaba entrenando intensamente y a los 15 años, debutó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Junto a Paola Espinosa, ganó una medalla de plata y dejó una marca indeleble en la historia de los clavados mexicanos.

París 2024 representó la culminación de una carrera que enfrentó numerosos desafíos, incluyendo lesiones y dificultades administrativas. Fue abanderada de la delegación mexicana, un honor que marcó su despedida del deporte olímpico.

Su mensaje final es inspirador: “adaptarse a tus sueños, a tu propia fórmula y propio proceso”. Su legado perdurará como un ejemplo de dedicación, perseverancia y éxito en el deporte mexicano.

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