Por Luis Martínez Alcántara
Un ataque armado en el bar Los Cantaritos, ubicado en el centro de Querétaro, dejó un saldo de 10 muertos, entre ellos siete hombres y tres mujeres. El suceso ocurrió la noche del sábado 9 de noviembre de 2024, cuando al menos cuatro hombres armados irrumpieron en el establecimiento y comenzaron a disparar indiscriminadamente contra los comensales.
Este acto de violencia conmocionó a una ciudad que, hasta ahora, se había mantenido relativamente al margen de la violencia relacionada con el narcotráfico en México.
Las autoridades locales fueron alertadas del ataque tras recibir una llamada al servicio de emergencias alrededor de las 9 de la noche. Al llegar al lugar, los servicios de emergencia confirmaron la presencia de múltiples víctimas y comenzaron a atender a los heridos, que suman al menos siete. La rápida respuesta de la policía permitió la detención de un sospechoso relacionado con el ataque, además de la identificación del vehículo utilizado por los agresores, que fue encontrado incendiado en un municipio cercano.
El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, movilizó todo el sistema de seguridad estatal para dar con los responsables del ataque y enfatizó que se brindará apoyo a las familias de las víctimas y se ofrecerá atención psicológica a los testigos del ataque. Este incidente ha generado una ola de temor entre los ciudadanos, quienes exigen respuestas y garantías de seguridad ante este tipo de actos violentos.
Aunque Querétaro no es conocido por ser uno de los estados más violentos del país, su proximidad a Guanajuato, que presenta altas tasas de homicidio, ha suscitado preocupaciones sobre la posible expansión de la violencia criminal hacia esta región. Expertos sugieren que este ataque podría estar relacionado con las disputas entre cárteles que operan en áreas vecinas, aunque aún no se han establecido vínculos claros.
La comunidad queretana se encuentra en estado de shock tras esta masacre. Las autoridades han instado a la población a mantenerse informada a través de canales oficiales y evitar la propagación de rumores.