vie. Oct 17th, 2025

Por Redacción:

Montevideo, Uruguay, 17 de octubre de 2025. Uruguay se convirtió ayer en el primer país de América Latina en legalizar la eutanasia mediante una ley parlamentaria, tras la aprobación unánime del proyecto “Muerte Digna” en el Senado con 20 votos a favor. La normativa, que permite el procedimiento a mayores de edad con enfermedades terminales incurables o sufrimiento insoportable, marca un hito en la región y abre el debate sobre derechos al final de la vida en un continente donde la práctica sigue siendo tabú en la mayoría de naciones. El presidente Yamandú Orsi la firmará en los próximos días, y entrará en vigor 180 días después, con un registro nacional para solicitudes y garantías médicas estrictas.

El texto, impulsado por el Frente Amplio y respaldado por el 62% de la población según encuestas de Cifra, despenaliza la eutanasia activa realizada por profesionales de la salud, diferenciándose de enfoques judiciales en otros países. “Es un derecho humano a morir con dignidad, no un delito”, celebró el senador Daniel Borbonet durante el debate de 10 horas, que incluyó testimonios de pacientes con ELA como Beatriz Gelós. Críticos católicos gritaron “asesinos” afuera del Parlamento, pero el consenso bipartidista —con apoyo de blancos y colorados— refleja el avance secular en Uruguay, pionero en aborto (2012) y matrimonio igualitario (2013).

Aunque Uruguay lidera por vía legislativa, América Latina ha avanzado esporádicamente vía fallos judiciales. A continuación, un resumen de los países donde la eutanasia es permitida o despenalizada, basado en normativas vigentes al 2025:

Colombia

Legal desde 1997 (despenalizada por Corte Constitucional); regulada en 2015. Primer país de la región. Permite eutanasia activa para terminales o sufrimiento intenso; cubierto por el sistema de salud sin costo. En 2021 se extendió a no terminales graves. ~200 casos anuales.

Ecuador

Despenalizada en 2024 por Corte Constitucional (segundo en la región). Autorizada para “circunstancias extremas” como ELA (caso Paola Roldán). Requiere consentimiento informado; sin ley general, pero con protocolo médico.

Uruguay

Legal desde 2025 (primera ley en la región). Para mayores aptos con incurables o dolor insoportable; solo para residentes. Prohíbe “clínicas de la muerte”; énfasis en voluntariedad reiterada.

Perú

Autorizada solo en casos excepcionales (fallos judiciales, ej. 2021 y 2024). No hay ley general; permisos individuales para sufrimiento extremo (casos Ana Estrada y María Benito). Penalizada en general.

Argentina

No eutanasia activa; legal rechazar tratamientos desde 2012 (Ley 26.742). Permite sedación terminal y suicidio asistido indirecto, pero no inyección letal. Debate en curso para ley plena.

En el resto de América Latina, como México, Brasil, Chile, Venezuela y Bolivia, la eutanasia activa es penalizada como homicidio, con penas de hasta 20 años, aunque hay avances en sedación paliativa y rechazo de tratamientos. En Chile, un proyecto de ley duerme en el Congreso desde 2023; en Brasil, la Corte Suprema discute despenalización para terminales. Según la OMS, la región enfrenta barreras éticas y religiosas, pero el 70% de latinoamericanos apoya la “muerte digna” en encuestas regionales.

Expertos como el bioético uruguayo Roberto Gargarella ven en la ley un “efecto dominó”: “Uruguay rompe el hielo; Colombia y Ecuador podrían inspirar regulaciones plenas”. Mientras, grupos conservadores amenazan con referendos. En un continente con envejecimiento acelerado, proyectado 25% de población mayor de 60 en 2050, la eutanasia trasciende lo médico: es un pulso por autonomía en el final de la vida. Para Uruguay, es victoria; para la región, un espejo que invita a mirar el sufrimiento sin tabúes.