sáb. Nov 23rd, 2024

Los agroquímicos deben verse como “la medicina del campo”, porque son sustancias formuladas mediante avances tecnológicos y científicos para maximizar la productividad agrícola al incrementar el rendimiento de los cultivos por hectárea y protegerlos de plagas y enfermedades que pueden afectar y provocar mermas de hasta un 40 por ciento de la producción agropecuaria, afirma la Unión Mexicana de Fabricantes y Formuladores de Agroquímicos (UMFFAAC). 

Debido a esto, indicó la organización empresarial agropecuaria, no se debe satanizar a los agroquímicos por ignorancia, se deben usar conforme al etiquetado, lo que reduce cualquier riesgo que pudiera existir para los productores y consumidores de alimentos. 

Explicó que existen dos tipos de agroquímicos: los nutrientes llamados también fertilizantes y los plaguicidas o fitosanitarios, que controlan los agentes dañinos al cultivo. 

En la actualidad, los agroquímicos son herramientas que sirven para que las plagas no se expandan y reducen el consumo de recursos como el agua, sobre todo en la circunstancia de sequía como la que se está viviendo actualmente. 

El último reporte público del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP-Sader) en la superficie sembrada en México en 2019, el 71.8 por ciento utilizó fertilizantes químicos, sin embargo, hay estados como Sinaloa y Sonora, donde el porcentaje de estos agroquímicos llega al 98.6 y 99.2 por ciento de su superficie agrícola. 

La UMFFAAC mencionó que de acuerdo con el citado organismo desconcentrado de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), gracias a la utilización de fertilizantes químicos en el campo se ha incrementado la productividad de los cultivos, lo que de alguna manera inhibe la necesidad de aumentar la superficie agrícola, ya que sin ellos se tendrían que destinar más áreas a la siembra. 

También se establece que con estos agroquímicos es posible conservar el suelo y evitar su degradación, además de que tienen una ventaja adicional al contribuir a la mayor producción de materia prima para la obtención de energía renovable. 

De esa forma, asegura la agrupación, la aplicación racional de fertilizantes tiene efectos favorables y esenciales para la fertilidad del suelo, el rendimiento y la calidad de las cosechas en las que se usan estos agroquímicos. 

En el caso de los plaguicidas, explicó en un comunicado, éstos deben ser considerados como “la medicina de las plantas”, porque es “la cura” contra agentes que la atacan en su salud como enfermedades producidas por hongos, bacterias, virus, trips y nemátodos, entre otros, que la merman en rendimiento como es el caso de insectos y malezas. 

“Todos los cultivos son amenazados por enfermedades, plagas y malezas, sin embargo, del total de organismos dañinos, la maleza representa el 41.6 por ciento considerando las reducciones en los rendimientos y los costos de su control, el resto del total lo conforman otros organismos como plagas insectiles con el 28.1 por ciento, enfermedades con el 27.1 por ciento y nematodos con el 3.2 por ciento”, señaló. 

Expuso que el agricultor cuando tiene una planta enferma acude a los agroquímicos que son sustancias destinadas para el control de plagas y, como cualquier medicina, tienen una función específica y deben ser suministradas de acuerdo a una necesidad del organismo, en este caso de la planta. 

Por Abel López Jiménez

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