dom. Nov 24th, 2024
  • En México, más del 28% de los pacientes de cuidados intensivos no sobreviven
    una vez que son dados de alta.
  • 85% de los paros cardiorrespiratorios de estas personas son precedidos por
    el deterioro fisiológico que tienen durante su estancia en la UCI.4
  • Cada paciente en la UCI representa un gasto de $54 mil pesos diarios.

En México, la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) atiende a personas en estado crítico y a quienes requieren monitoreo intensivo. La mayoría de los ingresos son ocasionados principalmente por alguna
falla respiratoria que requiere ventilación mecánica, operación del corazón, y otros padecimientos graves que ponen en peligro la vida y que requieren vigilancia continua.

Aunque actualmente existen a nivel nacional más de 6 mil camas destinadas a estos pacientes, 4,883 en el sector público -pediátricas y para adultos y 2,085 en instituciones del sector privado; especialistas del sector hospitalario aseguran que más del 28% de los egresados fallecen y que la falta de movilidad durante su estancia en la UCI les ocasiona múltiples problemas: tan solo el 85% de los paros cardiorrespiratorios ocurren por deterioro fisiológico en la unidad.

El Dr. Salvador Ríos, Director Médico de Baxter Healthcare México, Centroamérica y el Caribe asegura que es indispensable mejorar la movilidad que se le da a las personas en terapia intensiva porque cuando egresan experimentan múltiples complicaciones a nivel físico, cognitivo y de salud mental que complica su recuperación e impide que se adapten nuevamente a su estilo de vida:

“Al estar en la UCI, los pacientes enfrentan otras problemáticas además de la enfermedad que los llevó a ingresar debido a la inmovilidad: comienzan a presentar insuficiencia renal, trastornos graves de la coagulación. Además, cuando salen enfrentan el síndrome post-UCI que también impacta a su familia y entorno: tienen ansiedad o depresión, problemas cognitivos y daños en sus habilidades físicas a nivel
pulmonar, neuromuscular y de movilidad.”

De la misma forma, el médico internista afirmó que entre las principales razones por las que los profesionales de la salud no mueven a los pacientes es por el mito de que el reposo es necesario para la recuperación, el temor a que el paciente se desestabilice y porque al intentar moverlos pueden lesionarse:

“Tenemos una población con altos índices de obesidad (75.2% de las personas mayores de 20 años tienen sobrepeso y obesidad) lo que complica a los equipos médicos maniobrar. Contar con dispositivos médicos que faciliten la labor de los profesionales de la salud reduce el 50% de las lesiones en el personal del hospital reduce el 36% de la estancia de las personas en la UCI, acorta al 50% las complicaciones pulmonares y disminuye el 30% de los costos generales del hospital.”

Además, cada paciente en la UCI representa un gasto de $54 mil pesos diarios, por lo que evolucionar y acortar la estancia en esta unidad beneficiaría al sector hospitalario público y privado. Tan solo en los hospitales particulares existen más de 1,260 unidades de cuidados intensivos.

Ante este panorama, Baxter Healthcare propone una nueva tecnología: su cama para terapia intensiva Hillrom Progressa +, que soluciona las readmisiones de las personas, reduce las estancias prolongadas en la unidad y la duración total de la hospitalización, disminuye el agotamiento de los profesionales de la salud y baja los costos destinados a la atención de estos pacientes.

De acuerdo con Christian Dueñas Wood, Director de Marketing de Sistemas y Tecnologías de Salud para Baxter Latinoamérica Norte, el equipo es un modelo de última generación que brinda mayor protección a la piel de los pacientes, ayuda a reducir las complicaciones respiratorias y favorece la movilidad:

“Nuestra tecnología apuesta por incrementar y mejorar la recuperación de las personas en México. También pensamos en las estancias hospitalarias. Sabemos que las afecciones respiratorias pueden incrementar hasta 11 días más la estancia de una persona en la UCI, lo cual aumenta el costo por paciente a más de $590,000 pesos.

Estamos convencidos de que esta nueva tecnología aumentará significativamente las posibilidades de que las personas que han salido de una terapia intensiva sobrevivan y recuperen sus vidas.”

Finalmente, los expertos aseguraron que el reto para los pacientes críticos no es solo salir, sino cuándo y cómo lo hacen, pues quienes ingresan tienen condiciones graves que pueden complicarse ante una falta de movilidad dentro de la unidad.

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