sáb. Nov 23rd, 2024

Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).

A pesar de las caídas de inversión, tanto la innovación como los temas tecnológicos mantienen su fuerza.

Mientras la caída en la inversión tecnológica fue de entre 30 y 40 por ciento, alrededor de 570.000 millones de dólares, este descenso se ubicó en rubros como robótica, tecnología climática y sustentabilidad. No en Inteligencia Artificial generativa, que aún sigue en ascenso e impone el nombre de exponencial a nuestra era.

La Inteligencia Artificial (IA) generativa se basa en el progreso de la computación en la nube. También en tecnologías que permiten centros de datos energéticamente eficientes, alimentados por fuentes de suministro de energía con menos emisiones de carbono. Así mismo, usan la conectividad avanzada.

Para empezar a implementar la IA generativa, la confianza digital es esencial desde el primer día. Se trata de un marco de confianza para usar estos modelos de manera segura y responsable. La ciberseguridad asume un papel protagónico entonces.

Otras tendencias de crecimiento e inversión en tecnología son la electrificación y las energías renovables. A medida que nos transformamos hacia una generación libre de carbono, se impulsa la demanda hacia la red eléctrica.

Asimismo, cada vez hay más despliegue de tecnologías actuales, fuertes y renovables en energía solar y eólica. Y hay más innovaciones que le permiten llevar esas nuevas fuentes de energía a la red de manera efectiva.

Una las tendencias que también repunta es la tecnología cuántica, muy diferente a la IA generativa, pero que tiene una similitud con ella: cambiará la forma en que trabajamos al hacerlo rápidamente.

Hasta ahora, todas las tendencias tecnológicas involucran la ciencia a la ingeniería y la escala para masificarse. Por supuesto esto cambia el panorama de empleabilidad en el mundo.

Si resumimos, los roles tecnológicos proliferan en las últimas décadas. Los directores de información aparecieron por primera vez a principios de la década de 1980. Luego, los directores de tecnología se volvieron comunes en las empresas de alta tecnología y después se extendieron a otros tipos de empresas.

A estas posiciones laborales les siguieron los directores de seguridad de la información, directores de datos, directores de análisis y directores digitales. Recientemente aparecieron los directores de inteligencia artificial. Y su número aumenta considerablemente con el auge de la IA generativa en los últimos años.

Ahora las universidades no sólo tienen el reto de conformar perfiles profesionistas con una alta preparación tecnológica, sino lidiar con los muchos desafíos que impone su uso.

Entre los retos sobresal la falta de talento tecnológico, la principal barrera para la adopción. También sobresale que la IA generativa está muy lejos de presentar una transformación final con un paradójico exceso de plataformas de IA.

De manera simultánea, se presentan inconsistencias y lagunas legales en el uso e inversiones en las tecnologías de punta. Lo que relentiza la entrega de plataformas a escala son precisamente las incógnitas legales y regulatorias. Por otra parte, es sustancial un escollo: el alto costo de ser uno de los primeros en adoptar la tecnología.

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