Por Luis Martínez Alcántara
La nueva película F1 con Brad Pitt mezcla ficción con guiños muy reales al mundo de la Fórmula 1. Grabada en pistas auténticas como Silverstone y Monza, la película se sumerge en una temporada real del “Gran Circo” sin basarse en una historia particular, pero sí retoma momentos icónicos del automovilismo.
Uno de los hilos inspiradores es la rivalidad entre compañeros de equipo, que recuerda el famoso enfrentamiento entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso en McLaren (2007), con tensiones que marcaron la historia del deporte. En F1, el choque entre Sonny Hayes (Pitt) y el joven Joshua Pearce evoca ese mismo conflicto por liderazgo y control dentro de un mismo paddock.
Otro momento crudo surgido directamente de la pista es el accidente de Joshua Pearce en Monza, que recuerda tanto el impacto de Romain Grosjean en Bahréin 2020 como el de Alex Peroni en 2019, con autos que salen volando tras pisar bordillo a alta velocidad. La escena cinematográfica revive esa adrenalina y peligro real que deslumbró (y asustó) a los fanáticos.
También aparece una figura femenina fuerte: Kate McKenna, la ingeniera de estrategia, se inspiró en la carrera de Bernie Collins, primera mujer en ese rol en la F1. Aunque se tomó licencia creativa, el personaje rinde homenaje a la presencia femenina creciente en puestos técnicos clave.
Por último, F1 incluye detalles como el amuleto personal de Sonny, reflejo de la moneda que Sebastian Vettel solía llevar consigo por superstición. Y una escena clave donde Hayes protege a su compañero en pista recuerda la maniobra de Checo Pérez en Abu Dhabi 2021 para favorecer a Verstappen, un gesto que dejó huella en la historia reciente.