Por Luis Martínez Alcántara
La Casa Blanca lanzó un mensaje contundente frente a la creciente tensión social en California. La portavoz Karoline Leavitt afirmó que “el presidente Trump nunca permitirá que la turba gobierne Estados Unidos”, aludiendo a las protestas y disturbios que han estallado tras las redadas antimigrantes.
Desde Washington, también la fiscal general, Pam Bondi, advirtió que el gobierno “no tiene miedo de ir más allá” para mantener el orden. Ambas declaraciones se producen en medio de un despliegue federal que ha provocado fuerte reacción en distintas ciudades del estado.
Las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) alcanzaron esta semana a los campos agrícolas del Valle Central y áreas cercanas a Los Ángeles. En Oxnard, agentes del ICE y el FBI fueron grabados persiguiendo a jornaleros entre arbustos, capturando a decenas de trabajadores migrantes.
La escena, difundida ampliamente en redes sociales, generó indignación entre defensores de derechos humanos. En el condado de Ventura, organizaciones comunitarias denunciaron la detención de más de 40 personas en una sola jornada, lo que fue calificado como un acto de “terror selectivo”.
Simultáneamente, en ciudades como Los Ángeles, las redadas provocaron protestas masivas que escalaron a disturbios. Desde el 6 de junio se registraron bloqueos, enfrentamientos y uso de gas lacrimógeno. El presidente Trump ordenó el despliegue de 4,000 elementos de la Guardia Nacional y 700 marines, sin la autorización del gobernador Gavin Newsom.
La respuesta del gobierno de California no se hizo esperar. El gobernador Newsom presentó demandas legales para frenar la presencia militar federal, calificando la medida como “teatro anticonstitucional”.
Por su parte, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, impuso un toque de queda y denunció que las tácticas federales están “sembrando el terror” entre comunidades migrantes. Mientras tanto, la Casa Blanca se mantiene firme en su postura: no cederá ante lo que considera una insurrección. El conflicto entre ambos niveles de gobierno sigue escalando.